sábado, 18 de agosto de 2012

minirelato CXXXII

un nuevo latigazo le cruzó la espalda, haciendo que se moviera el peso que tenía atado a los huevos. las pinzas de los pezones también se movieron produciendo un dolor diferente. las lágrimas y el sudor se mezclaban. gemía porque había dejado de gritar. todo era dolor. todo era sumisión. se sentía vacío. no tenía nada que peder. se sentía libre. otro latigazo cruzó su espalda.

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