a menudo a los seres humanos nos falta memoria histórica, nos olvidamos de las cosas, de los deseos, los logros y los errores. ese olvido nos lleva a veces a repetir las cosas que hacemos mal y a no tener en cuenta las que hacemos bien, o a valorar lo que hemos conseguido. este perro, con esta imagen, ha realizado un ejercicio de memoria histórica. hace un par de años, al ver esta fotografía, algo en el interior de este perro se hubiera removido y hubiera deseado estar como este esclavo, con esa mordaza, en esa situación. hoy, este esclavo puede decir que ese deseo se ha cumplido y se ha encontrado en esa misma situación. el Amo tiene una mordaza de este tipo, que mantiene la boca abierta, y en el último encuentro este perro estuvo atado con ella puesta. es una mordaza auténtica porque no te permite hablar en absoluto, y deja la boca a merced del Amo, de lo que El quiera hacer contigo. además es una mordaza de castigo, porque se puede abrir hasta el punto de ser dolorosa, muy dolorosa. al dolor físico se añade la humillación, porque con ella babeas, y si estás atado, no puedes evitarlo, así que la baba te corre por la comisura de los labios y cae, como si fueras un inútil, un auténtico niño chico. es una experiencia fantástica y este perro la valora, porque, poco a poco, todo aquello que soñó en su juventud, cuando descubrió el mundo bdsm, poco a poco se va cumpliendo y realizando. por eso se siente un perro muy afortunado y muy agradecido a su Dueño por hacer esto posible.
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