en un estado de momificación como este el mundo se reduce a una cosa, aquello que limita el cuero. no hay nada más allá, no hay nada que hacer, nada que ver, nada que decir. el mundo se reduce al interior del esclavo. las manos no pueden coger, los pies no pueden andar, la boca no puede pronunciar palabra. queda el esclavo solo y en silencio, con su sumisión. ya no hay nada más. esta situación produce un efecto psicológico necesario para que el esclavo siga siendo obediente y servicial. poco a poco pasará de la excitación a la molestia, queriendo escapar de su enclaustramiento, luego llegará posiblemente la rebledía y la desesperación, y al final de todo, la rendición y la aceptación. cuando esto ocurra el ego será un poco más peequeño, más reducido, habrá perdido poder y éste podrá ser ocupado por la voluntad del Amo.
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