este perro está en duda. no sabe que le resulta más atrayente, si el Amo cubierto de cuero y latex, o el esclavo con capucha enterrado hasta el cuello. sinceramente no podría elegir uno de los dos. llama de entrada la atención el Amo, recubierto completamente, sin rostro, con guantes y las botas dispuestas a ser lamidas, supone este perro, por el esclavo que está indefenso. estar metido en la tierra de esta manera es como una especie de bondage definitivo. pierdes control sobre tu cuerpo, no puedes moverte, apenas puedes respirar. el encierro en una mazmorra puede ser algo así. durante la edad media y la edad moderna, la mayoría de las prisiones eran una especie de cementerios donde te encerraban y tiraban la llave. sabías cuando entrabas pero no cuando salías porque era poco probable que salieras de allí según el sistema de justicia de entonces. entregarte a tu Amo, obedecerle, someterse, es algo así, es darle la llave de tu existencia para que El la maneje, y si El desea enterrarte así, pues obedeces, y si desea usarte de otra manera pues igual. para un esclavo su Amo no tiene rostro, en el sentido de que no es humano, está por encima de ellos, igual que tú estás por debajo. la gran tarea del esclavo es aprender, y encarnar, esta gran verdad: su existencia ya no le pertenece, pertenece a su Dueño.
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