cuando uno llega a cierto nivel de fetichismo, la piel deja de ser importante, el cuero y el latex ocupan su lugar y las sensaciones vienen por este material, no por la piel humana. uno llega a dudar de si esto constituye una cárcel, una protección o un poco de todo. en cualquier caso, y como se ha dicho en este blog en otras ocasiones, es una barrera, una separación, fina pero efectiva que hace que, estando tan cerca, estés tan lejos de quien tienes al lado. así es la vida de un esclavo: cerca de todos, pero a la vez en la lejanía de cualquier parte, porque no pertenece a ningún sitio, salvo tal vez a la mazmorra de su Amo.
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