miércoles, 20 de junio de 2012

886 días de esclavitud, 3 de castidad


hay días, semanas casi, en los que este perro echa de menos, añora la mazmorra. esta expresión, que suele enviar de vez en cuando a su Amo, puede ser engañosa, porque añoranza implica recordar y desear una cosa ya vivida. y eso no es así porque aún este esclavo no ha vivido en la mazmorra de su Dueño, pero hay una certeza que se va conformando en la vida de este perro y es que la realidad se va configurando en la medida en que la haces presente. por ejemplo la castidad. aún este perro no lleva un dispositivo de castidad, pero eso no evita que lleva prácticamente un año ordeñándose sólo cuando su Amo lo ordena y que ha cambiado su hábito de masturbarse prácticamente varias veces al día a hacerlo apenas un vez por semana o cada dos semanas, cuando su Amo lo desea. eso ya es una realidad para este perro. algo parecido ocurre con la mazmorra. es cierto que aún no vivo en ella, encadenado o encerrado, como desea mi Dueño, pero si es cierto que paso más momentos en casa, y que , poco a poco, se van deshaciendo lazos que impedirían llegar a ese encierro definitivo. el año que viene pasará algo así, estará este perro mucho más tiempo encerrado trabajando en silencio que en actividades o encuentros. se reducirá la vida social, para irme preparando para el Gran Salto, que ocurrirá, inevitablemente.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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