esta mañana, a las siete hora peninsular, este perro se ha ordeñado siguiendo las órdenes que su Amo le dio ayer. este esclavo se puso las botas, el arnés, un cockring de silicona que mantiene los huevos separados, las pinzas y la mordaza de madrid, llamada así porque fue la que llevó por la calle cuando estuvo con su Amo la última vez. fue un ordeño rápido y sin muestra externa de placer. de hecho no fue placentero, sino una mera función fisiológica. casi ni siquiera sirvió de entrenamiento porque no llegó este perro a vincular placer con el dolor producido por las pinzas. el resto del día lo pasó este perro trabajando y estudiando en casa, sin salir, encerrado, pero pensando regularmente en mi Dueño.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
1 comentario:
que morbo , me habría gustado ahí en plan voyeur para verlo en directo ......
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