sábado, 2 de junio de 2012

868 días de esclavitud, 1 de castidad


un día excitante, a medias. este perro ha pasado toda la mañana estudiando como un loco, sin parar, sin descanso. se supone que el sábado es para descansar, al igual que el domingo, pero si quieres estudiar mientras trabajas, tienes que dedicar esos ratos libres a avanzar con los libros. así lo hizo este perro. al mediodía, antes de comer, y como acto medio simbólico, medio necesidad, este perro se rapó la cabeza y se afeitó los genitales como acto de sumisión y obediencia. fue humillante, pero a la vez le hizo sentir bien, muy bien.
por la tarde siguió estudiando pero a última hora paró y se fue al yumbo. había suplicado permiso a su Amo para comprar alguna cosas en la tienda leather de allí debido a que tenía algo de dinero ahorrado. cuando llegué y ví todo aquel cuero, sentí que me encontraba en mi sitio. la idea original era comprar un chaleco, pero eran demasiado pequeños. luego este perro se probo una camisa de cuero, que le quedaban como anillo al dedo, pero era demasiado dinero en relación a su uso. aquí no podría usarlo mucho y en madrid, mi Amo me quiere de otra guisa. en el futuro sin duda, deberé tenerla, pero aún es pronto. cuando haya dado el Gran Salto sin duda la necesitaré, pero en estos momentos en un dinero excesivo para su utilidad. durante todo este tiempo que miraba y probaba estaba en contacto permanente con mi Dueño, que sería quien decidiera, por supuesto. entonces me acerqué a los arneses y el dependiente empezó a explicarme. este es tal, este es cual, este de esclavos. "sí, tendría que ser de esclavo, claro", contestó este perro con toda naturalidad. no me di cuenta de la cara porque ni le miré, pero seguí como sí tal cosa. me estuve probando y al final mi Amo me llamó y le envié varias fotos de las posibilidades y entre dos me preguntó cual me gustaba más. le dije y se rió "justo el que yo había elegido": son estas cosas tontas las que me indican la sintonía entre los dos. me dio permiso y este perro compró un arnés y dos cockring que además sirven para los testículos, nuevos instrumentos de tortura.  uno es de cuero y el otro de silicona. también deseaba comprar algunas pinzas pero no habían las que deseaba, tipo japonés. el dependiente, que me vió con tanto movimiento de foto y móvil, me miraba, hasta que le dije "es mi Amo. El elige". se sonrió y dijo "por supuesto".
cuando llegué a casa este perro se probó el cockring-ballstrecher de silicona y es realmente ajustado. costó ponerlo pero separó perfectamente los genitales y los mantiene apretados y en tensión. casi diría que es un cockring de castigo. este perro está seguro que su Amo hará buen uso de él.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

así nos quieren la mayoría de los Amos, sin rastro de pelo. por ello, recién rapados y afeitados no sentimos más sumisos. como también confirmando siempre nuestra condición a la mínima ocasión de hacerlo. airear en público que somos sumisos es imposible. mostrarlo a las claras a quienes sepan verlo es casi una obligación.