muchas veces ha dicho este perro que el esclavo tiene un alimento: la humillación. y es su alimento no sólo porque aviva la humildad y la sumisión, sino porque protege contra el ego, manteniéndolo cercado, arrinconado. el ego intenta engañarnos diciendo que somos algo separado, independiente, autónomo, que tenemos derechos por encima de los demás, que somos mejores que otros. un esclavo justo tiene que vivir con valores contrarios a estos y para eso la humillación es un recurso indispensable. este perro utiliza esta dinámica para testar su nivel de ego. a veces siente cierta "vergüenza" o pudor y duda de poner o no algo en este blog. ¿esto debería ser público? ¿debería publicarlo y que todo el mundo lo supiera? ¿exponerme tanto? entonces este perro sabe que el ego está más activo de lo que debería. porque en el fondo el único límite que debería haber aquí es el de la prudencia y el del respeto a los otros: nombrar a alguien de mi no vida, relatar situaciones que deben ser mantenidas en el anonimato, etc. todo lo demás, por expreso deseo de mi Dueño, debería ser expuesto, público, susceptible de comentario por su parte. porque de lo que se trata es de matar al ego y esa es la mejor forma. ¿cómo sabría que lo habría conseguido? si estuviera en la situación del de la foto y no sintiera vegüenza, sino orgullo de ser un perro esclavo.
2 comentarios:
Tu blog rebosa de prudencia y respeto en cada frase.
Nunca detallas nada que pudieran identificarte a ti y a nadie de tu entorno.
Puedes estar tranquilo.
Y que clase de esclavo serías si no mostraras respeto.
Ser respetuoso debería ser una condición intrinseca de cualquier esclavo, no únicamente hacia su Amo, sino hacia todo el mundo. Ojo, que digo respetuoso, y no necesariamente servil y sumiso con cualquiera.
Este blog es una escuela de sumisión no sólo al servicio de tu Amo, sino de todos los Amos a los que algunos de los que lo leemos terminaremos sirviendo. Tu humillación pública, siempre tan pudorosa como decidida, nos coloca a todos por un momento en nuestro lugar,de rodillas y dispuestos a obedecer. Pisando de nuevo ese camino hacia la esclavitud donde quizás cualquier día descubramos que ya no hay vuelta atrás.
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