mi Amo me lo dijo: se te ata para recordarte tu puesto, el más bajo. los esclavos no somos nada frente a nuestros Amos, apenas un felpudo donde pueden poner sus botas. sin hablar, sin ver, incluso sin ser, con la cara tapada, porque no nada es frente a su Dueño, a lo más una prolongación de la voluntad de su Señor, a los más un lugar donde éste puede reclinarse y poner sus botas.
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