810 días de esclavitud, 1 de castidad

ha sido un día muy tranquilo que he pasado trabajando en casa, sin salir. a veces, en días así, imagino como será mi vida permanentemente encerrado, sólo saliendo cuando mi Amo lo decida o me lo permita. nunca hemos hablado de temas tan concretos, pero supongo que ni siquiera podré suplicarlo, sencillamente ocurrirá. cuando mi Amo quiera, saldré, a hacer una gestión, a ayudarle, a lo que El quiera. y si decide que debo permanecer largas temporadas encerrado lo haré. tal vez sólo salga con El, como un perro al que saca a pasear, en cuyo caso estaré encerrado todo el tiempo que El pase en el trabajo, o tal vez quiera que trabaje con El, de forma que el trabajo será una prolongación de mi encierro. tampoco todo esto es importante. lo importante es que El decidirá como, cuando, donde y por qué. una vez dado el Gran Salto, nada de lo que pueda decir este perro importará. habrá perdido el control sobre su existencia, que pasará a manso de su Amo y Dueño. nada más importa. justo cuando escribo estas palabras el cuerpo de este perro reacciona con una tremenda erección. es la prueba defintiiva de que eso es lo que desea, de que eso es lo que busca. y tengo la promesa de mi Dueño de que así será.

hoy es el primer día de una nueva etapa de castidad porque ayer mi Dueño me ordenó ordeñarme. fue rápido, sin manifestaciones de placer y sin que significara gran cosa, sencillamente una función corporal más. al menos no me ordenó que me pusiera las pinzas, lo que significaría dolor, mucho dolor. este perro está dispuesto a aceptarlo, a asumirlo, a vivir con él, pero su estado anímico no era el más adecuado para soportarlo, porque no se sentía fuerte. el dolor, a menos que seas masoquista, hay que integrarlo, darle sentido, convertirlo en algo propio de ti, para poder soportarlo, y para eso hace falta fuerza interior, una fuerza que este perro no tenía ayer. pero la tendrá, sin duda la tendrá.

obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el AMo.