hoy mi Dueño me ha ordenado que me ordeñe. no soy quien para interrogarme sobre sus intenciones y deseos. El dice y este perro obedece, aunque esta vez me preguntó si deseaba hacerlo. decir que sí pensando en el placer fue un error, porque me ordenó que lo hiciera pero antes de nada debía ponerme las pinzas en los pezones diez minutos antes, luego el collar, el cock ring y la mordaza de madrid, la que llevé por la calle. pasados los díez minutos tenía que ordeñarme sin ninguna muestra de dolor ni de placer. así lo hice. cuando me puse las pinzas el dolor fue tan intenso que pensé que no iba a soportarlo durante diez minutos, pero lo hice. de hecho a medida que pasaba el tiempo el dolor se iba haciendo más llevadero. cuando se hicieron los diez minutos grabé un video de mi cara de perro mientras me ordeñaba y se lo mandé a mi Dueño. no hubo ningún gesto, ningún sonido. se hizo como mi Amo había ordenado. después de esto el día no fue más que un simple recuerdo nebuloso.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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