el día fue relativamente tranquilo. volví a supurar de nuevo, para recordarme mi cuerpo que este perro está en castidad. siguiendo las órdenes de mi Dueño, todas las tardes me llevo el cockring y me lo pongo justo antes de comer. estoy con él el resto del día. es una forma de estar atado, de recordar cuál es mi sitio en el mundo y donde debo estar: por debajo de mi Dueño. me resulta interesante y chocante que el resto del mundo me trate con normalidad, cuando siento eso presionando mis genitales. cuando olvido que está ahí basta un movimiento extraño para que vuelva a estar presente, y entonces este esclavo vuelve a sentirse como un perro. nuevamente son las paradojas de esta vida de sometimiento.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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