jueves, 1 de marzo de 2012

776 días de esclavitud, 9 de castidad

el día ha sido tranquilo, trabajando. por la tarde fuí a la facultad y, como ha ordenado mi Dueño, este perro se puso el cockring. de nuevo cuando fuí al baño, después de orignar, volví a supurar, en grandes cantidades. imagino que el cockring, al presionar la base de los testículos, hace que salga. efectivamente el llevar los genitales rapados facilita el llevar el cockring y permanente recuerda a este perro cual es su lugar en el mundo, donde está. no sé si será un efecto de esto pero esta semana he sentido el ego muy reducido y la sumisión a flor de piel. este perro está aceptando su condición de forma natural y expresa, cada vez más profundamente, que ante su Dueño es un ser inferior. un lector del blog dejó hace poco un comentario diciendo que últimamente hablo mucho de obediencia, y creo que tiene razón, porque aparte de lo que este perro escribe, hay cosas que se vislumbran en los post y que salen sin ser consciente de ello. la vida de un esclavo no es monótona en el sentido de que siempre tiene retos que afrontar y cosas que superar. por eso hay etapas donde determinados temas cogen preminencia. parece ser que el de la obediencia a un ser superior es el que está ahora más presente en el alma de este esclavo. 
hoy, además, mi Dueño me ha dicho que desea que inicie un entrenamiento en el dolor, que aprenda a sufrir sin quejarme, sin emitir sonidos. por supuesto este perro ha dicho que aceptará y se dedicará con todo su ser a satisfacer los deseos de mi AMo. ¿cómo será ese entrenamiento? no lo sabe este perro, pero la comparación que hizo mi Amo es interesante: igual que he aprendido a ordeñarme sin emitir sonidos ni ninguna manifestación de placer, debo aprender a sufrir sin quejarme, ni emitir sonido, como un simple objeto. por supuesto en la vida de este perro esclavo se hará lo que su AMO ordena.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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