miércoles, 22 de febrero de 2012

768 días de esclavitud, 1 de castidad

este perro se ha despertado empalmado, muy empalmado, lo cual sorprende porque ayer mismo se ordeñó. eso es un indicativo más de que, cuanto más se le da al cuerpo, más quiere. el control es necesario, imprescindible, sin él este perro se perdería, como ya estuvo perdido, masturbándose dos y tres veces al día, hasta dejar la polla irritada. mi Dueño me ha enseñado el camino del control, una senda que espero recorrer con su guía hasta donde El decida llevarme. en días como hoy veo esta necesidad, fundamental para un esclavo.
no puede negar este perro que le asusta la idea que tiene su Dueño de convertir en experiencias dolorosas cualquier ordeño o placer de este perro. no sabe este esclavo si es para que aprenda a amar el dolor o sencillamente para que abandones cualquier esperanza de tener placer. tampoco me corresponde dilucidar este tema. es lo que El quiere y se hará lo que El desea. porque por encima del miedo está la sumisión y la obediencia, sobre todo la obediencia. pero la obediencia se basa en una cosa muy concreta: la certeza de que mi Dueño sólo quiere lo mejor para mi, que es justamente, lo que es mejor para El.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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