domingo, 8 de enero de 2012

723 días de esclavitud, 9 de castidad

a veces me asaltan pensamientos que me dan un poco de miedo, sobre todo porque hacen a este perro caer en la cuenta de las consecuencias que tiene el proceso en el que está inmerso. hoy, por ejemplo, me vino a la mente la idea de que nunca más volveré a masturbarme. cualquier actividad sexual se limitará a ordeñarme cuando mi Dueño me lo ordene, y, entonces, no podré mostrar realmente lo que mi cuerpo produce, porque no será más que una función fisiológica, algo para que no enferme o traiga otro tipo de consecuencias físicas y psicológicas. igual si practico sexo con alguien, no será más que un mero vaciamiento, un desahogo, algo vacío y sin contenido, puramente físico para vaciarme y volver a centrar la mente y el cuerpo en la sumisión, como una presa que se abran las compuertas para que no se derrumbe. es un paso hacia la animalización, un escalón menos en lo que se considera humano. el tema es que no puedo hacer otra cosa, y es más, es lo que siempre he deseado. ahora este perro puede llegar a expresar ideas que antes eran sólo nebulosas, cosas difusas y extrañas pero que, desde que pertenezco a mi Dueño, cobran sentido, mucho sentido. obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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