una vez un hermano perro me contó que le habían preguntado si daría su vida de esclavo por su Amo, si llegaría a un grado de sumisión tal como para anteponer una cosa a la otra. por supuesto es una pregunta radical, tremendamente radical.... podría haber sido una prueba, creo que de hecho lo era, aunque independientemente de la respuesta no podríamos estar seguros de llevarla a cabo hasta encontrarnos en esa situación.
sin embargo, como en otras ocasiones, a este perro le gusta ver el tema desde otra perspectiva. ¿acaso de hecho los esclavos no damos nuestra vida por nuestros Amo?. si consideramos la vida, y la muerte, como un acto concreto, determinado, que sucede en un momento y que se queda ahí, volvemos a la situación a la que nos referíamos antes, hasta que no estemos en esa situación no podremos saber realmente si daríamos nuestra vida por nuesrtos AMOS. pero si consideramos la vida, y también la muerte, como un proceso, algo paulatino que se produce y se desarrolla, cada día que nos arrodillamos ante nuestro Señor, le estamos dando la vida; cada vez que obedecemos una orden, un poco de nuestra vida se va en ello, porque la estamos dando, se la estamos dando a nuestro Dueño para que haga con ella lo que desee. por eso es tan importante someterse al Amo adecuado, y no al primero que se presenta.
cada acto de sumisión, cada acto de obediencia, es un poco la muerte de una vida posible, y la aparición de una vida nueva, diferente a la que podría haber sido. en la medida en que recorramos este camino nuestra existencia irá cambiando, hasta el punto de depender tanto de nuestro Amo que ya no es nuestra vida, sino la Suya vivida por nosotros. desde esta perspetiva un esclavo sí puede afirmar que da la vida por su AMo y que lo hace en todo momento en el que obedecede, se somete y sigue el camino trazado por su Señor, cada vez que vive la vida que le ordenan vivir y no la que pudo haber vivido.
sumisión en silencio y obediencia.
feliz semana
2 comentarios:
así es hermano
profundo...
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