dia tranquilo. por la mañana trabajo y por la tarde en casa encerrado, como si fuera ya, físiciamente, un esclavo. sin embargo fue una pequeña ilusión, porque los problemas no desaparecen sino que siguen ahí. y mi AMO también. es en estas situaciones cuando uno descubre la importancia y el valor de la sumisión y, también, la calidad de un AMO. todo el mundo, más o menos, puede mantener una sesión; no todo el mundo puede ser Amo, puede asumir la responsabilidad de cuidar, educar y adiestrar a un perro y llevarlo a su pleno desarrollo. esto lo sabía este esclavo en teoría, pero ahora lo está, una vez más, comprobando de manera directa. incluso en la distancia siempre tiene la palabra adecuada, precisa, necesaria para que tenga fuerzas y ánimo, para que me enfrente a esa situación caduca y momentánea que es mi no-vida, y exista esperanzado en la realización de la sumisión de manera absoluta y plena, físicamente, concretamente, diariamente.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el AMO
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