este perro debe reconocer que dentro del ámbito de las figuras fetichistas los vaqueros no ocupan un lugar especialmente predominnate. hay otros mitos que se situarían por delante. sin embargo tienen varios elementos que hacen que este perro se fije en ellos, concretamente los chaps y, por supuesto, las botas. no le llaman a este esclavo especialmente la atención otros aspectos más psicológicos como la dureza de carácter, su soledad o la "supuesta libertad" de que gozaban montados en sus caballos. ese estilo de vida ya no existe, pero debo reconocer que un buen pantalón vaquero bien puesto siempre es un plus. en este caso acompañado de un buen cuero, duro como ellos, resulta interesante.
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