martes, 13 de septiembre de 2011

cartas desde la mazmorra 15

en otras ocasiones este perro ha explicado que el nombre de esta serie de "ensayos" es metafórico pero podría no serlo. entre estas metáforas está la de vivir completamente encerrado de forma permanente, algo que, últimamente este perro no considera algo descabellado. entiende este esclavo que en una sociedad volcada hacia el exterior, hacia la apariencia y donde la mayor parte de la población es ser famosa y salir por la tele, no comprenda la idea de vivir encerrado.

y sin embargo así lo siento, es más, éste se ha convertido en mi "lugar seguro". los psicólogos recomiendan que cuando un estado anímico te supere o te haga daño, te imaginas un lugar donde te sientas seguro, una especie de de habitación del pánico interna.

del mismo modo que la mayoría del miedo, la ansiedad, la angustia o el temor tienen su origen en la mente, la solución también está allí, poniendo una solución imaginativa. mucha gente visualiza una isla, una playa, el monte, etc. normalmente es un lugar paradisíaco. en el caso de este perro ese lugar seguro es una mazmorra.

y me la imagino austera, sin nada en las paredes, con un retrete y un lavamanos en una esquina, donde también hay una ducha que no es más que un agujero en el suelo con un grifo, todo tipo cárcel, sin tapa en el inodoro, y pegado al suelo para que no pueda ser arrancado.

en el otro extremo de la habitación se ve una jaula de 2x4 metros, donde hay un catre, apenas una tabla que sobresale de la pared  sober la que hay una cochoneta. allí duerme este perro, encerrado bajo llave, a veces encadenado a los barrote o suelto, pero bien sujeto. otras veces mi Amopone el saco de cuero sobre el catre y este perro duerme allí, completamente inmovilizado. a veces permanezco días allí, sin poder salir, viendo como mi Amo usa la mazmorra con otros esclavos. atado y amordazado me convierto en testigo mudo de su placer y del servicio de otros.

en otra esquina está el lugar de trabajo: apensa una mesa con un taburete y un ordenador, en els uelo hay fijadas argollas para encadenarme, cuando estoy allí sentado escribiendo o leyendo. estas argollas también están distribuidas en sitios estratégicos de la mazmorra para ser usados a discreción de mi Amo.

frente a la puerta, hay un armario donde mi Señor tiene todo el material: cadenas. mordazas, capuchas, cuerdas, muñequeras, collares, látigos, fustas, dispositivos  de castidad, camisa de fuerza, esposas, todo lo imaginable, y parte de inimaginable también. la puerta es metálica y pesada pero está acolchada, insonorizadas igual que toda la habitación. no hay ventanas, una pequeña rejilla se encarga de renovaar el airre. las paredes son grises, de un material extraño, visualmente parecido al cemento pero  con un tacto diferente. el suelo y el techo están hechos del mismo material.

no hay armarios para la ropa, no tengo derecho a tenerlo. de todas formas no lo necesito. las pocas veces que salgo, mi Dueño trae la ropa que este perro se va a poner y que suele consistir en un pantalón de cuero, camiseta negra y botas. si es invierno se añade una chupa de cuero, pero nada más.

este es mi lugar seguro, el lugar donde voy mentalmente cuando la situación no es favorable. por ahora es fruto de mi imaginación... pero sólo por ahora.

feliz semana
sumisión en silencio y obediencia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que me gusta tu forma de expresarte, y mira que es raro encontrar perlitas en internet, y no se, te encontré por purita casualidad, mirando aquí y allá, pero ya que estoy aquí te cuento que me encanta leerte.

No hace falta que vayas ni comentes en mi blog (por aquello de yo te sigo, tu me sigues), es un descalabro de tontadas y seguramente cerraré en breve, pero quería comentarte que me gusta tu forma de ver eso que algumos llamamos sumisión.

Un beso y mucha suerte

Anónimo dijo...

sabes que ese lugar seguro lo anhelamos muchos, muchos, arf arf
perroconcollar