este perro es consciente de que a muchos les resulta extraño, chocante, incluso en algún caso, inconcebible que alguien pueda desear renunciar a su libertad de movimiento, a ir donde quiera, como quiera, cuando quiera. vivimos en una sociedad donde ese es el mayor castigo: vivir encerrado. sin embargo un esclavo lo desea, lo añora, lo busca, lo espera. mi Dueño dice que toda mi vida, las experiencias pasadas y tenidas, indicaban todas en la misma dirección, en un deseo constante de ser controlado, dominado, encajulado, de que otro decida por mi, elija por mi, me ordene, me mande, me guíe. a veces he hecho revisión desde esa perspectiva y no puedo evitar pensar que tiene razón, bastante razón.
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