viernes, 29 de julio de 2011

560 días de esclavitud

mi Dueño me ha ordenado ordeñarme hoy. la primera intención fue darle las gracias, pero realmente no es algo que me concede, sino una orden que me da. el hecho es que, cuando me lo dice, tenga ganas, lo desee o no, tengo que hacerlo. cualquiera podría pensar que siempre tengo ganas, especialmente cuando se espacia tanto, pero no es así. últimamente noto un descenso sustancial en la líbido de este perro ¿estará surtiendo efecto el entrenamiento al que me está sometiendo mi Dueño? sin duda. pensar que algún día podría haber un cierto control en mi vida sexual era algo irrisorio, nunca pensé que ocurriría, y sin embargo está ocurriendo. es cierto que en cuanto me puse todo fue con normalidad, pero antes de eso no había tenido ninguna gana y, sin la orden de mi Dueño, no me lo habría planteado. es cierto que otros días la situación es diferente y estoy tentado de suplicar permiso, pero hoy no era el caso. el hecho es que me ordené sin un gemido, sin un ruido y sin ninguna manifestación externa de placer, tal y como mi Dueño me ha enseñado, un simple acto mecánico para cumplir una función fisiológica. un ejercicio más de la sumisión que siento hacia mi Dueño.

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