a veces me pregunto si el placer tiene que tener rostro. si realmente importa quien te sirva mientras te sirva. mi AMO piensa que si, que al menos tiene que haber cierta química, pero en este caso ambos están des-identitados. las capuchas de latex los ocultan de nosotros, pero también a uno del otro. sólo importan que uno está de pie y otro de rodillas, que uno da placer y el otro lo recibe, que uno sirve y el otro es servido. es una ecuación fácil, un binomio claro, directo y que deja a todo el mundo en su sitio. ojalá el resto de la vida fuera tan sencillo.
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