llevaba este perro algún tiempo buscando la forma de hacer este blog más personal, una manera de hacerlo más íntimo, y no la encontraba. sin embargo este esclavo se ha sentido muy cómodo con esto de la cuenta de los días de castidad. era una forma de darle unidad al discurso, a la reflexión y a las vivencias que se sucedían. esa cuenta concreta terminó ayer, cuando mi Dueño me ordenó ordeñarme. sin embargo, pensando, tengo la cuenta perfecta que sustituya a aquella: los días de mi servidumbre, de mi esclavitud, los días de mi vida auténtica, el momento en el que empecé a servir a mi Dueño. ¿qué mejor hilo conductor para hacer una descripción de la vida cotidiana de este esclavo?. ya anticipo que tampoco es nada espectacular, porque, como habrán podido comprobar los seguidores de este blog, no vivo inmerso en una película porno de sexo y perversión, bueno, esto último sí que podría ser defendido por algunos.
en cualquier caso he suplicado permiso a mi Dueño y esto le ha parecido una buena idea, y me ha dado orden de hacerlo, así que aquí comienza este nuevo periplo de esclavo. tal vez podría haber esperado y empezado en una fecha más significativa, los 500 días, por ejemplo, pero la vida es así, hay que aprovechar cuando aparecen las cosas, no esperar al momento adecuado. algunos fallos ya he cometido por esperar un momento que no llega.
un día después de haber terminado mi período de castidad como castigo, comienza el período de castidad como vida cotidiana, porque en el fondo, sigo viviendo en castidad, en control de mi sexualidad por parte de mi Dueño. no puedo ordeñarme cuando quiera, sino cuando mi Dueño me lo ordene; y en esas circunstancias además, debo hacerlo, aunque en ese momento concreto no me apetezca. no es un motivo de placer, es una función fisiológica controlada por mi Dueño, igual que el comer, el dormir, ir al baño, etc. por su importancia en la vida es más controlada que las otras que acabo de nombrar, pero en la vida de este esclavo no es más que eso. hay una nueva cuenta, la única diferencia es que se supone que no durará tanto como la otra, y que tampoco es un castigo.
lo importante no es tanto ordeñarse, cuanto que tome conciencia de que es mi Dueño quien tiene el control sobre este esclavo, sobre su cuerpo y sobre su vida. así de sencillo.
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