lunes, 23 de mayo de 2011

493 días de esclavitud

después de 13 horas de trabajo me pregunto dónde queda mi vida como esclavo, porque la "pasividad" de una vida de sumisión, siempre obediente y cumpliendo órdenes, se contrapone con la no-vida activa que me veo obligado a llevar, sobre todo cuando tengo que tomar decisiones constantemente. la obediencia en este perro implica hoy cumplir las órdenes que me ha dado mi Dueño de vivir esas decisiones como parte de mi sumisión, como una forma de honrarle, pero me resulta extremadamente difícil.
además el ambiente está enrarecido, muy enrarecido en el trabajo. los egos están crecidísimos y a veces las reacciones de mis compañeros se vuelven inexplicables para este perro. soy plenamente consciente de que es la vanidad, el orgullo, la soberbia lo que les guía y eso me evoca dos cosas. la primera es un sentimiento de gratitud por el camino de sumisión en el que estoy inmerso que lleva a controlar el ego y a tenerlo dominado. por otro lado me doy cuenta de lo infeliz que es tener que vivir siempre aparentando y luchando por conseguir el primer puesto. al menos este perro esclavo sabe que no está en esa lucha y que no gasta energías ahí. si los demás quieren los primeros puestos, que se los queden. este perro sólo desea estar a los pies de su Dueño. con eso es suficiente, y ahí es donde va a gastar sus esfuerzos, en esa lucha.

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