sábado, 7 de mayo de 2011

18 días de castigo, 27 sin ordeñarse

los días pasan y las cosas cotidianas se vuelven especiales. hoy me he puesto de nuevo las botas, las botas que llevaba la ultima vez que mi AMO me usó para su placer, las que tenía puestas la última vez que me ató y me utilizó. y tuve una erección. y algo tan "cotidiano" se convierte en un problema ¿o no? realmente no lo sé porque inmediatamente pensé que tendría que luchar para evitar la tentación de ordeñarme, pero luego me di cuenta que, en otras circunstancias, ni me habría acordado de mi AMO, y en aquel momento lo tenía tan presente que era lo único que ocupaba mi mente. esa idea me tranquilizó, me relajó, me hizo sentirme realizado por un instante. por eso considero que este castigo es un regalo que mi AMO me hace, algo que me ayuda a ser feliz y que, a pesar de provocar momentos malos, me ayuda a ser mejor esclavo.
por la tarde ya terminó todo. pude descansar, y el agotamiento era tal, que mi cuerpo no pidió su impuesto, sencillamente me fui a dormir y pasé la mayor parte de la tarde durmiendo. es cierto que en un momento dado me sentí inquieto, pero entonces utilicé un recurso psicológico que empleo a menudo: me imaginé en un lugar seguro y tranquilo, y me regodeé en esa visión. es sorprendente como el cuerpo puede reaccionar ante estas imágenes. esta vez, como hago últimamente, me imagino en un sótano, desnudo salvo por el collar al cuello y un dispositivo de castidad en los genitales, amordazado, y encadenado a la pared. solo hay un colchón en el suelo y me imagino allí esperando, sabiendo que mi mundo se reduce a eso, exclusivamente a eso. ese es mi lugar seguro. pensando en eso me tranquilicé y pude dormir.los días pasan y las cosas cotidianas se vuelven especiales. hoy me he puesto de nuevo las botas, las botas que llevaba la ultima vez que mi AMO me usó para su placer, las que tenía puestas la última vez que me ató y me utilizó. y tuve una erección. y algo tan "cotidiano" se convierte en un problema ¿o no? realmente no lo sé porque inmediatamente pensé que tendría que luchar para evitar la tentación de ordeñarme, pero luego me di cuenta que, en otras circunstancias, ni me habría acordado de mi AMO, y en aquel momento lo tenía tan presente que era lo único que ocupaba mi mente. esa idea me tranquilizó, me relajó, me hizo sentirme realizado por un instante. por eso considero que este castigo es un regalo que mi AMO me hace, algo que me ayuda a ser feliz y que, a pesar de provocar momentos malos, me ayuda a ser mejor esclavo.
por la tarde ya terminó todo. pude descansar, y el agotamiento era tal, que mi cuerpo no pidió su impuesto, sencillamente me fui a dormir y pasé la mayor parte de la tarde durmiendo. es cierto que en un momento dado me sentí inquieto, pero entonces utilicé un recurso psicológico que empleo a menudo: me imaginé en un lugar seguro y tranquilo, y me regodeé en esa visión. es sorprendente como el cuerpo puede reaccionar ante estas imágenes. esta vez, como hago últimamente, me imagino en un sótano, desnudo salvo por el collar al cuello y un dispositivo de castidad en los genitales, amordazado, y encadenado a la pared. solo hay un colchón en el suelo y me imagino allí esperando, sabiendo que mi mundo se reduce a eso, exclusivamente a eso. ese es mi lugar seguro. pensando en eso me tranquilicé y pude dormir.

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