una de las mejores cosas que tiene el bondage, especialmente en uno tan severo como el producido por una camisa de fuerza, es la sensación de inutilidad, de incapacidad, de no poder hacer nada. si alguno ha tenido la experiencia de ser fuertemente atado, y luego ha tenido, él o su Amo, la necesidad de moverlo, habrá comprobado lo difícil y ridículo que se siente el esclavo, porque apenas es un fardo, un objeto, una mercancía.
aunque te corroan los deseos de ayudar, de colaborar en ponerte en una situación adecuada, la realidad es que te sientes completamente inútil, impotente. curiosamente ese es el efecto que se desea, que se busca, que se persigue con el bondage. además tiene un efecto psicológico: te demuestra que dependes de otro, que otro tiene el control sobre ti.
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