miércoles, 1 de diciembre de 2010

Oscuridad parte 2


encontré este relato visitando el blog de Metalbond y me impactó tanto que, tras consultarlo con mi AMO, pedí permiso para traducirlo y publicarlo aquí. Tanto Metalbond como el autor, Marknorth, me lo dieron amablemente, algo que les agradezco mucho. siguiendo el modelo original se publicará en cuatro entregas. espero que les gusta tanto como a mi.

Autor: Marknorth
Publicado por: Metalbond en su diario (pincha aquí para visitarlo)

Parte 2

No podía apartar los ojos de tal cantidad de ataduras y me estaba poniendo terriblemente caliente y cachondo sólo de mirarlas. Tenía muchas fantasías sobre lugares como este pero realmente nunca pude imaginar que estaría en uno. Se lo dije a Mike y se rió entre dientes. Me preguntó si me gustaría avanzar en un estilo de bondage más restrictivo y explorar y probar mis límites con él. Realmente no dudé un segundo; si, eso era algo que me gustaría hacer. El me sonrió y entonces me dijo ariscamente que me desnudara inmediatamente y que me pusiera de rodillas delante suya. Casi rasgo mis ropas para obedecerle y mi polla surgió a la vida cuando dejé caer mi ropa interior al suelo. Una vez que estuve de rodillas él agarró mi pelo y empujó mi cabeza hacia atrás así que le estaba mirando fijamente a los ojos. El sólo miró fijamente mis ojos en lo que me pareció una hora antes de empujarme con los pies y medio arrastrarme hasta un conjunto de argollas unidas a la pared. Las cerró en su lugar y dio un paso atrás para mirarme. Mis brazos estaban estirados sobre mi cabeza, mis piernas separadas, y un collar mantenía mi cuello pegado fuertemente a la pared - era un poco alto para altura así que estaba obligado a permanecer de puntillas para evitar que se clavara en mi cuello. Me miró durante un par de minutos y entonces se dio la vuelta sin decir una palabra. Caminó hacia la puerta, la abrió y la cerró de un golpe detrás de él. Cuando oí la cerradura cerrarse, la habitación se hundió en la oscuridad.
No pasó mucho tiempo antes de que la tensión de mis piernas empezara a pasar factura. Mis pantorrillas dolían de tener que permanecer de pie sobre la punta de mis dedos y sólo podía relajarme un momento o dos antes de que el collar se hundiera en mi cuello y me pinchara hasta casi estrangularme. Mis brazos pronto comenzaron a estar entumecidos and estaba temblando en el húmedo sótano. Grité para que Mike viniera a liberarme hasta que me quedé ronco, pero todo lo que oía era el eco de mi propia voz. No hacía falta ser un genio para imaginar que la habitación estaba insonorizada después del recorrido por todas aquellas pesadas puertas cerradas. Todo en lo que podía pensar ahora era como de rápido acepté que quería profundizar más y probar mis límiets. Realmente estaba probando mis límites. La oscuridad y el silencio en la habitación eran completos. Me esforcé por oir algo más que mi propia respiración, pero no había nada. Sin aviso previo las luces volvieron, cegándome anges de que pudiera cerrar los ojos.

La cerradura giró y la presión del aire cambió cuando la puerta se abrió y entró dentro. Me preguntó su lo estaba pasando bien y se rió cuando le dije que no. Acarició mi polla y la masajeó hasta que estuvo dura, y entonces se marchó. Temía que iba a dejame así incluso más tiempo, pero regresó y desbloqueó una de las puertas de metal que estaban a lo largo de la pared. Encendió la luz dentro y se hizo a un lado para que pudiera ver el interior de la habitación. Era una celda de cárcel completamente equipada incluso con el lavamanos y el retrete. Dijo que tal vez más tarde querría pasar algún tiempo dentro, pero que ahora me liberaría.

Caí sobre sus brazos cuando me desató los grilletes, era genial tenerle manteniéndome amablemente cuando las sensaciones volvieron a mis brazos. Mis piernas protestaron cuando caminamos de vuelta a las escaleras. El me dijo de descansar, así que vol´vi a mi cabaña y me dejé caer en la cama. Creo que me dormí casi inmediatamente. Durante la mañana volví para hacerle el desayuno pero ya se había ido a la ciudad. Intenté escribir un poco, pero estaba demasiado distraído. Mis pensamientos volvían constantemente a la habitación de la mazmorra y a la celda dentro de ella. Me preguntaba que habría detrás de las otras puertas allí.

Cuando llegó la primavera Mike trajo al chico que había estado alquilando mi casa fuera de la finca. Me dijo que estaría interesado en comprarme la casa si deseaba venderla y ofreció un precio generoso. Hablamos un rato sobre el tema y le dije que lo pensaría, pero que no estaba del todo segudo de que quisiera venderla justo ahora. El chico se marchó después de la cena y Mike y yo no sentamos delante del fuego a hablar. El dijo que realmente no había ninguna razón para que mantuviera la casa. Podía alquilarle la cabaña a él tanto tiempo como quisiera y que había un montón de cosas que hacer alrededor de la propiedad para mantenerme ocupado hasta que encontrara otro trabajo. La cuenta de mi banco estaba estabilizada ya que mis gasto continuaban decreciendo y podía invertir el dinero de la venta de la casa y ganar algunos beneficios. El chico había hecho una már que atractiva oferta y me sería posible recuperar todo el dinero que había invertido en las reparaciones y todavía tener bastantes beneficios. Le dije a Mike que lo pensaría.

Hicimos bastantes visitas a la mazmorra. Cada vez él me mantenía esposado a la pared por períodos de tiempo más largos, pero nunca uso cualquier otra atadura. Nunca me enseñó el interior de la celda otra vez, ni de niguna de las otras habitaciones. Parecía que una vez que encontró una forma de atarme que le gustaba, se limitaba a ella. Aunque era doloroso y difícil de soportar, aprendí a desear estar encadenado a la pared de esa mazmorra.

Mike sacaba a relucir la venta de mi casa de vez en cuando y terminando la primavera decidí que estaba bien. Vendería la casa e invertiría el dinero. Me gustaba vivir aqué y no había razón para mantener la casa más tiempo. Tendría cantidad de dinero para comprar otra en el futuro. Firmé los papeles y dí las llaves una semana más tarde y me sentí, de alguna manera, liberado de una cosa menos de la que preocuparme. Había comenzado a hacer la limpieza de primavera en los campos. Rastrillando hojas, cortando algunos árboles viejos que se habían caído y otras cosas de mantenimiento general. La mayor parte del tiempo Mike me mantenía con grilletes mientras trabajaba y encontré que realmente no me importaba. Redujo la renta de la cabaña como compensación por el trabajo, así que era un buen trato para ambos. Él comenzó a viajar otra vez y me encontré a mi mismo encadenado otra vez en el cobertizo de manera regular. Ahora se había convertido en su costumbre usar la cadena más corta todo el tiempo. Era fuertemente mantenido en el suelo del cobertizo y como el tiempo era más caluroso, estaba completamente desnudo. De vez en cuando sencillamente me preguntaba por qué permitía que me encadenara así, pero nunca pude encontrar una respuesta. Era obvio que me gustaba y me mantenía voluntariamente sometido a él.

De vez en cuando Mike alojaba grupos en la propiedad. Los chiscos quería pescar y relajarse. Dijo que ganaría un poco de diner extra y le daría algo de vida al viejo lugar.Tenía que dejar mi cabaña en esas ocasiones para que hubiera suficiente espacio para los invitados. Cocinaba y limpiaba para los chico y les hacía de barman por las noches. Normalmente terminaba exhausto porque tenía que comenzar casi al amaneces y no terminaba hasta que el último caí rendido. Mike no me dió un dormitorio en la casa para dormir, me dejó usar la celda del sátano y dormí en un catre dentro. Las puertas del sótano y de la celda nunca estaba cerradas, pero me sentía extraño precisamente por eso. Una vez los invitados se fueron comenzó a mantenerme encerrado en al celda como un prisionero durante la noche; algo que encontré muy excitante.

Cuando comenzó el verano la cosa se relajó porque no hubo más invitados de los que preocuparse. Mike había reducido mi alquiler de la cabaña hasta no tener que pagar nada por todo el trabajo que estaba haciendo en el lugar. No discutí con él ya que realmente sentía que me lo estaba ganando. Él viajaba menos y comenzó a realizar todos los recados en la ciudad. Las semanas pasaban y nunca abandonaba los terrenos de la propiedad y no veía a nadie más que a él. Había cambiado mi dirección a su apartado de correos, así que él traía el correo y cualquier otra cosa que necesitara. Había comenzado a hablar más sobre sus intereses en bondage y como le encataba verme indefenso y encadenado. Me follaba sólo cuando estaba fuertemente atado y siempre era duro y doloroso para mí. Tenía que llevar un collar casi todo el tiempo y me sentía desnudo sin él. Estaba en buen estado y en forma de todo el trabajo que había estado haciendo en el lugar y estaba contento. Fue entonces cuando sugirió que tuviéramos una seria conversación sobre nuestro futuro.

Estaba intrigado cuando me contó sober algunos chicos que conocía que habían firmado un contrarto estableciendo lo que esperaban el uno del otro. Mike anotó que no era realmente seio, sino que les gustaba esa forma de formalizar su relación. Hablamos sobre eso durante un rato y le pregunté si podía obtener una copia de ellos para echarle un vistazo. El pensaba que podría y dijo que podríamos hablar sobre eso más tarde, pero ahora quería que pasara algún tiempo más en la celda de la cárcel. Yo, de nuevo, le seguí a través de las pesadas puertas hasta el interior de la mazmorra donde me tuvo desnudo y arrodillado. Después de un rato me arrojó un mono carcelario naranja y me dijo que me lo pusiera. Por supuesto obedecí mientras mi polla volvía a la vida. El me empujó de malas maneras al nterior de la celda, me obligó a arrodillarme, y cerró un grillete sencillo alrededor de mi tobillo, que encadenó a la pared. Me tenía de pie y de frente a él. Me sorprendí cunado deslizó una puerta de barrotes desde un hueco de la pared y la cerró con llave. Siempre había pensado que sólo estaba la puerta metálica exterior. Una vez que la hubo asegurado me sonrió, dijo "luces se apagan en diez minutos", y cerró de golpe la puerta exterior. El resultado de la cerradura d ela casa fue un escalofrío que recorrió mi columna vertebral. Había pasado bastantes noches en la celda, pero nunca encadenado al suelo. Pensé sobre la situación y me di cuenta que si pudiera quitarme el grillete tendría la puerta de barrotes, la puerta metálica, y otras tres pesadas puertas de metal antes de que pudiera estar libre. Era una situación sin esperanzan e intenté no pensar en ndad más que en es y las luces se apagaron.

continuará …

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