viernes, 30 de abril de 2010

minirelato LXVIII

sabía que las botas de los bomberos eran impermeables pero cuando Él empezó a orinar en ellas no pudo evitar sorprenderse. lo peor fue cuando terminó y se la ofreció diciendo: ¡bebe!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El esclavo de rodillas, con las manos atadas a la espalda y su collar de puto perro. Su amo le dice: ¡bebe!
me encantaria ser ese perro

JG93 dijo...

Dios que buen relato, muy impactante. Yo normalmente ni se me ocurriría beber el meado de otra persona pero si tuviera un amo y éste me estuviera presionando con un látigo u otro instrumento de castigo o tortura supongo que al final tendría que obedecer para no sufrir, no sé si eso ocurrirá algún día (ni siquiera lo de tener amo)ni tampoco si querría llevarlo tan lejos pero con 16 años aún me queda tiempo, para pensarlo y para llevarlo a cabo...