jueves, 11 de marzo de 2010

esclavitud, 1 día

quince días de retraso pueden parecer mucho pero no lo son. mi AMO sabe las circunstancias de mi no-vida y ha entendido que tenía asuntos atrasados. además quería hacer algo que fuera representativo de lo que viví. ahora le toca a EL decidir si lo he conseguido.aquí está el relato de lo que viví el 25 de febrero, otro jueves. deseo que este fin de semana sea como aquel, aun sea a través del diario, así que iré colgando lo siguiente durante este finde.

llegué a madrid a media mañana. me había levantado temprano y el viaje había sido movido, muy movido, debido a unas turbulencias. en cuanto aterricé mandé un sms para comunicar que había llegado, y recibí instrucciones en un sms de vuelta. llegué al hotel, me inscribí y subí a la habitación. me duché para estar limpio y me preparé. me puse el pantalón de cuero, las botas sendra, una camiseta negra, una sudadera, la chupa de cuero y una bufanda. además cogí los guantes por si acaso. cuando salí eran las tres o así y estaba chispando. llevaba una bolsa con un collar ancho, la capucha de cuero y el chaleco, tal y como me había ordenado mi AMO.
cuando salí me sentí extraño. era la primera vez que vestía todo de cuero a esas horas de la tarde. normalmente me visto así para ir al yumbo por la noche pero no salgo de día. sin embargo allí estaba, vestido de esa guisa yendo hacia la casa de mi AMO. al principio sentí algo de vergüenza porque no me gusta ser el centro de atención y sentía que todo el mundo me miraba. me concentré en el ruido que hacen las botas al caminar y me sentí bien, me daban seguridad. así llegué al metro. no noté especialmente que la gente me mirase pero yo iba cada vez más seguro. de vez en cuando me veía reflejado en algún espejo o ventana del tren y me sorprendía de nuevo de verme así. cuando salí en la estación de mi AMo llevaba media hora de adelanto y recibo un sms:"tráete un paraguas". la razón era evidente, estaba lloviendo muy fuerte, pero dudé si era una sugerencia para que no me mojase o una orden de algún tipo. ante la duda decidí buscas un paraguas. le pregunté a una mujer que pasaba por la calle y me dijo que por allí no había nada y que tenía que ir a un sitio llamado ABC de Serrano, que allí había tiendas de complementos, pero que tendría que cruzar la castellana y me mojaría, como así fue.
el hecho es que en cuanto entré en ese centro comercial me di cuenta de que era uno de los más pijos que había visto, con boutiques de marca, y allí estaba yo, todo vestido de cuero y completamente mojado. de tripas corazón así que fuí tienda por tienda preguntando por un paraguas y nada, no había. recuerdo la cara de la y el dependiente de zara cuando me vieron entrar, pero mantuve su mirada y no bajé la cabeza. pero no sólo fueron ellos, los dependientes de casi todas las tiendas donde entraba me miraban y ponían cara de sorpresa que cambiaban inmediatamente, pero ninguno tenía paraguas. al final encontré uno, justo en el momento oportuno, discreto y clásico, pero sobre todo útil. llegué pronto, a tiempo a casa de mi AMO, toqué el timbre y entré. nada más cruzar la puerta me arrodilló a que le lamiera las botas y así lo hice. me acarició la cabeza y la restregó con su entrepierna. me llevó al dormitorio y me obligó a quitarme la chaqueta y la camiseta, y a ponerme el chaleco. luego me puse una cadena con un candado al cuello y, encima, el collar ancho que llevaba en la mochila. se tumbó en la cama y me ordenó que lo relajase. y así lo hice: besos, cariscias, lamidas, comidas, todo era poco para mi AMO y para hacer que se relajar. lamí sus botas una y otra vez. entonces se levantó y me obligó a mi también a levantarme. me puso un antifaza y me ató las manos a la espalda fuertemente. me dijo:
-¿Vas a sufrir por mi?
-si, AMO- contesté yo.
al no poder ver tenía las sensaciones mucho más fuertes y notaba cómo se ajustaban las cuerdas a mis muñecas. inmediatamente mi polla reaccionó poniéndose dura. oí que mi AMO había ido a buscar algo y, cuando me dí cuenta estaba sentado en una silla con respalgo a la que me ató y tenía un trozo de tela amordazándome, aunque podía emitir algún sonido. entonces me quitó el antifaz y lo ví, allí, dominado, mandando, controlando la situación, estaba a su merced. ató los pies a las patas de la silla y luego me amordazó con cinta americana por encima del trozo de tela, fuerte, muy fuerte. dejé de poder hablar, casi de emitir cualquier sonido. sólo gemía.
-¿sufrirás para darme placer?- asentí con la cabeza.
cuando volvió a aparecer ante mi vista traía unas cuantas pinzas de la ropa. sin ninguna consideración puso dos en mis pezones. inmediatamente noté el dolor, entre placentero y desagradable, que producían. luego puso cuatro en mis huevos, aumentando las sensaciones que recorrían mi cuerpo. a continuación colocó una pinza justo en la punta de mi polla y el dolor se multiplicó. intenté gritar pero estaba fuertemente amordazado así que lo único que pude hacer para expresar el dolor fue gemir y gesticular con la cara. a medida que avanzaban los segundos la sensación se iba intensificando y tuve que empezar a respirar profundamente para soportar e integrar el dolor. mi AMO me miraba satisfecho, disfrutando. y este perro lo estaba haciendo con EL. es curioso cómo un dolor pueder ser placentero sólo porque a Otro le produce placer. supongo que esa es la esencia de la sumisión.
así me tuvo un rato, hasta que empecé a agitarme. estaba al borde de sentir que no podría con aquella última pinza, es ese momento donde la aceptación y asunción están a punto de convertirse en desesperación y casi pánico. justo en ese momento retiró la pinza. entonces el dolor tuvo un pico de elevación que duró poco pero fue muy intenso, cuando la sangre volvió y las terminaciones nerviosas tuvieron una comunicación más fluída. es como cuando se abre una presa que ha estado contenida. sale el agua con mucha fuerza, hasta que se regula el flujo a los pocos segundos. luego fue retirando las otras pinzas con el mismo efecto. 
-Ahora vas a descansar- me dijo.
yo lo miraba sudando y agradecido por haberme liberado de aquello. cogió la capucha y me la puso, dejándome en la oscuridad de nuevo. me desató de la silla y me ató las manos por delante. no es una forma que a mi me guste mucho, pero eso tampoco importaba, era lo que El quería y estaba bien que así fuese. lo oí trastear mientras estaba ya de pie, esperando. entonces me tiró del collar y me llevo a un sitio cercano. con cuidado me sentó y mi espalda tocó una pared. a continuación me ató los pies y cerró una puerta. se hizo el silencio. tanteé el espacio donde estaba y apenas podía estirarme. me acomodé como pude y esperé en la oscuridad. estaba completamente atado, amordazado, sin ver y todos los sonidos estaban muy amortiguados.

espero y siento.
vivo.
estoy.
le pertenezco.
más tarde me enteré, porque me lo dijo mi AMO, que estuve tres horas allí almacenado.

cuando me saca estoy bien, muy bien, rendido, sometido, no soy yo, por fin vivo la vida que buscaba, estoy comenzando a existir, nada es importante, solo mi AMO. me vuelve a atar a la silla y me concede recibir su corrida, verlo gemir de placer me hace feliz. sólo EL es importante. luego salimos a cenar, de cuero, pero mi alma se ha quedado en aquel lugar, un armario donde está mi sitio, mi lugar en el mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No he podido evitar sonreir cuando entraste en el centro comercial pijo y se quedaron muertos al verte. jejeje

Muy fuerte lo q cuentas de la pinza en la punta de tu rabo, no sé si yo podría soportar ese dolor.

Gracias por compartir el relato, has provocado erecciones continuas a este esclavo en la sombra.

Un saludo desde el sur de la península.