domingo, 6 de diciembre de 2009

un nuevo comienzo

que no tenga Amo no significa que no tenga vida sexual. no sé si debido al blog o sencillamente que frecuento sitios por donde antes no iba, estoy recuperando determinadas relaciones. entre ellas está un Amo que tiene cierto significado para mi porque fue quien me introdujo en esto del bdsm. fue el primero que me ató y al primero que le lamí las botas. nuestra relación ha sido fluctuante, pero constante. y se planteó la posibilidad de una sesión. y acepté.
me dijo que estuviera en su casa a las cinco y media y allí me presenté. toqué a la puerta y me abrió. tenía órdenes muy concretas: tocar y cuando se abriera la puerta esperar cinco segundo y luego entrar. así lo hice y no había nadie en la entrada. en el suelo me encontré un collar de cuero, un cock-ring y una cadena de perro. inmediatamente supe cómo tenía que comportarme. me desnudé y me coloqué todo aquello. apreté un poco más de la cuenta el collar de cuero. quería que me doliera, que tuviera un recuerdo en mi cuerpo de cuando aquello terminase. sin nada más me puse a cuatro patas y entré en el salón. El estaba sentado en el sillón donde siempre me recibía. llevaba puesto un jocks-traps, unas botas, sus guantes y un chaleco de cuero. llevaba la cadena en la boca para que no rozara por el suelo y así, a cuatro patas, me acerqué a El. y puse la correa a sus pies mientras agachaba la cabeza y esperaba. estaba muy metido en mi subspace, concentrado, sin mirar ni ver nada más. estaba allí y era lo único importante, todos los problemas se quedaron en la puerta. entonces El se estiró y cogió la correa. a medida que se iba incorporando iba tirando de ella y, por tanto, de mi. hizo esto hasta que tuve que ponerme sobre su regazo a cuatro patas.
-¿es así como se comporta un perro cuando ve a su amo?-dijo.
inmediatamente, como si hubiera tocado un resorte, comencé a mover la cintura y empecé a lamerle y a restregarme sobre El, como haría un auténtico perro.
-bien-dijo El- así me gusta.
seguí comportándome de esta manera un buen rato, sabiendo que a El le gustaba. pronto empecé a lamerle y a chuparle los pezones, algo que le excita mucho y le da mucho placer. sus gemido hicieron que renovara mis esfuerzos. me sentía muy bien dándole placer, haciendo que se sintiera a gusto. entonces bajé hasta su polla y, con los dientes, la saqué de jocks-trap y me la metí en la boca. comencé a comérsela profundamente, como si me fuera la vida en ella. nuevos gemidos me indicaron que seguía sintiendo mucho placer. supe que aquella sesión era una sesión para El, para que El disfrutase, para que gozase. sus gemidos se hicieron más intensos cuando, a la vez que le comía la polla, comencé a tocarle los pezones. aquello fue aumentando de intensidad a medida que pasaban los minutos. llegado a un punto gritó:
-¡para, que me haces correr!
me detuve inmediatamente.
entonces El se levantó y yo quedé allí, a cuatro patas, con la cabeza gacha y el culo expuesto, empalmado e intentando que no se diera cuenta para no molestarlo. El desapareció de mi campo de visión y me limité a esperar. a los pocos segundos vi sus botas y cómo cogía la correa. tiró de ella y le seguí a cuatro patas, sin levantarme. fuimos por el pasillo hasta el dormitorio donde mi hizo subir a la cama. los siguientes minutos los dedicó a atarme a las cuatro esquinas de la cama. primero fueron las manos, luego los pies. los estiró y ató firmemente, pero siempre teniendo cuidado de no hacerme daño. cuando terminó quedé indefenso. El observó su obra complacido. estaba tranquilo, concentrado, esperando la siguiente acción. de un cajón cercano sacó un antifaz que me puso. todo se volvió oscuridad y confianza porque sabía que no iba a hacer nada que me dañara, al menos no más de lo que podría llegar a soportar. atado y sin ver estaba a su merced y mi respiración se agitó ligeramente. El se dio cuenta y me acarició. luego fue a buscar las cosas que había traído. estuvo revolviendo hasta que me puso en la boca una mordaza que había comprado a la tienda Rob en una fiesta. es un simple palo pero como recubierto de goma. es bastante grande así que una vez ajustado no me deja mover la lengua y no puedo decir nada. y así fue. estaba atado, vendado y amordazado. debería estar nervioso o temeroso, pero mi polla se empeñaba en manifestar lo contrario. y El comenzó a jugar conmigo. me trabajó los pezones, poniéndome pinzas que se soltaron rápidamente porque me movía demasiado y estaba sudando, así que se escurrían. yo me agitaba entre desesperado y nervioso. siguió bajando y noté cómo se acercaba a mi culo,que empezó a hurgar sin compasión. yo gemía aunque tenía ganas de gritar, y me movía indefenso. en las manos tenía puestas unas muñequeras de cuero y en los pies unos trozos de tela fuertemente anudados, que atados a unas cuerdas cruzaban la cama por debajo.
estuvo así un buen rato, haciéndome sufrir por medio del placer. luego me quitó la mordaza y metió la polla en mi boca para que se la comiera y así lo hice. me esforzaba al máximo para darle todo el placer que podía. El era lo único importante en ese momento, nada más merecía la pena.
cuando se cansó comenzó a desatarme. aún seguía con los ojos vendados sin ver. desatarme y volverme a atar fue todo en uno. esta vez colocó mis manos en la nuca, detrás de la cabeza. luego me ató los tobillos y me dobló las rodillas hasta atarlos con mis muñecas. quedé sobre la cama en una posición muy incómoda, la que llaman hogtied en inglés, con la espalda flexionada hasta resultar doloroso... deliciosamente doloroso. El se tumbó entonces a mi lado y puso su mano sobre mí, como para tranquilizarme. respiré profundamente y me agité un poco, sopesando las ataduras que me sujetaban. no podría soltarme, y cada movimiento me producía dolor, así que me intenté relajar. El quería que estuviera allí así y así lo hice. no sé cuánto estuvimos así. hacía tiempo que había perdido la noción del tiempo, pero no fue mucho porque tengo conciencia de que todo fue muy intenso.
me desató y cuando estuve libre me puse a cuatro patas sobre la cama. fue casi instintivo. me sentía su perro y no tenía que pensar. entonces abrió su chaleco de cuero mostrándome su pezón. y yo fui hacia él. lo mordí, se lo comí y lo lamí como un perro. de ese pezón pasé al otro y luego a su polla y a cada parte de su cuerpo. solo deseaba para darle placer y sus gemidos me animaban. eran las señales que debía seguir para encontrar el camino y llegar a la única meta que me importaba: satisfacerle. para eso existía, para eso respiraba, para eso vivía.
y al final se corrió en una explosión de gemidos, respiraciones y expresiones. entonces me sentí feliz, realizado.

1 comentario:

BondageMasterArg dijo...

Esto es lo que más me gusta, las experiencias que son reales (no me quejo para nada de las ficciones, las tuyas me encantan) pero saber que realmente pasó me calienta mucho más.

Gracias por compartir esto con todos nosotros.