lunes, 27 de octubre de 2008

En la moto de mi AMO XXVII

me separó los brazos de la cabeza con la porra. luego me hizo levantarla para mirarlo. estaba rodeado de un charco de orina, y aunque lamayoría se había ido por la rejilla abierta en el suelo, prácticamente toda la celda estaba mojada. el olor empezaba a ser penetrante, muy penetrante.
-Limpia todo esto-dijo agitando la porra alrededor y hacia un cubo con fregona que había en un extremo del sótano.
-Luego te duchas y te vistes. Espérame aquí hasta que venga.
por supuesto obedecí inmediatamente. sequé la celda con la fregona hasta que sólo quedó un ligero olor como testimonio de mi enorme meada. luego me acerqué a donde había señalado mi AMO. había una ducha, apenas un tubo saliendo del techo, y un sumidero. me puse debajo y abrí el grifo. el agua fria me golpeó más que caerme encima. me lavé lo mejor que pude con una pastilla de jabón que estaba en el suelo. cuando cerré el grifo comencé a tiritar combulsivamente.
 miré por todas partes hasta que vi en una esquina, oculto en la penumbra, un banco. sobre él estaba mi ropa y encima de todo una toalla. me sequé muy bien y comencé a vestirme. era la primera vez que veía aquella ropa. todo era de cuero, salvo una camiseta de latex y unos calcetines de lana. primero me puse el suspensorio y lo ajusté, apretando mi culo firmemente con los tirantes. luego fue la camiseta, que ajustó como una segunda piel. nunca he sido excesivamente musculoso, pero aquella camiseta resaltaba lo que tenía que resaltar. La erección comenzó cuando me puse los pantalones. siempre he sentido algo extraño mientras introducía las piernas y cerraba el cinturón. luego me puse los calcetines y las botas, tipo engineer, con hebilla a un lado, y finalmente la chaqueta. no tenía espejo, pero notaba el tacto del cuero y el latex sobre mi pie. estaba embobado sintiendo. un ruido me hizo volver a la realidad, alguien se acercaba y sólo podía ser una persona. rápidamente me agaché de cara a la pared y me puse de rodillas con las manos juntas a la espalda y la cabeza gacha.
oí como sus pasos se acercaban hasta situarse justo detrás mio. casi podía sentir su respiración y estuve tentado de volverme pero no lo hice. pasaron unos segundos y luego sentí algo frio alrededor del cuello. mi corazón comenzó a latir muy deprisa. luego vino un ligero click y el peso sobre mis hombros.
obedecí y con un movimiento me dio la vuelta quedando frente a El. yo sin embargo seguía mirando hacia el suelo, pudiendo ver las botas y los pantalones de brillante cuero negro. también veía la hebilla del cinturón y el comienzo de su camisa, también de cuero.
percibí un movimiento a mi izquierda. era su mano enguantada que se acercó a mi barbilla y me levantó la cara lentamente hasta que estuvimos frente a frente. mi piernas comenzaron a temblar. apenas podía mantenerle la mirada. entonces El tiró de lo que había puesto al cuello: una cadena con un candado. me acercó hacia EL cubriendo los pocos centímetros que nos separaban. yo puse mis manos a la espalda y me dejé hacer. soy suyo, no puedo hacer otra cosa. y entonces me besó intensa, profundamente. yo cerré los ojos y me dejé ir hasta que sacó su lengua de mi boca.y fui detrás suyo, con la cabeza gacha, a un paso por detrás. cruzamos una puerta, entramos en el garaje. había un coche y la moto que conocía bien. se paró la lado de la puerta que llevaba a la mazmorra y me detuve con El. a un lado había una mesa con un par de cosas. cogió unos guantes de cuero y me los dio. me los puse. eran abrigados y se ajustaban perfectamente a mis manos. luego cogió unas esposas y me las puso sujetando mis muñecas a la espalda, con las palmas hacia dentro. luego vino la mordaza, en forma de polla, que introdujo sin piedad en mi boca y cerró por detrás.
(continuará)

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