sé que es un peligro. sé que es arriesgado y que puede provocar un accidente que me cueste la vida, pero me encanta. el control de la respiración es una de esas cosas que me llevan al límite en muchos sentidos. mi primera experiencia fue como supongo fue la de todo el mundo: masturbarme con una bolsa de plástico en la cabeza. cuando me corrí el aire estaba muy viciado y fue uno de los momentos más placenteros que recuerdo. la segunda vez ajusté la bolsa con un cinturón de cuero alrededor del cuello. volvió a repetirse la sensación. sin embargo y a pesar del placer que me produce no suelo usarlo mucho. el motivo es que entiendo que es peligroso y tampoco quiero forzar la situación en exceso. prefiero que sea algo esporádico. sin embargo mi mayor experiencia en este sentido fue con un holandés. había venido al sur de la isla de vacaciones y contactamos. al final decidimos que yo lo dominaría o haría de Amo. encuerados le até de muchas formas y entonces jugué con su respiración. su polla no engañaba, casi nunca lo hace, le ponía a cien. una de las veces usé cinta aislante para taparle la boca. con dos dedos le tapaba la nariz y en pocos segundos comenzaba a agitarse intentando liberarse. lo que más me gustaba era su mirada: entre pánico, susto, placer, súplica, incertidumbre. repetí el juego varias veces, mezclado con una negación de la corrida. lo llevaba hasta el límite y cuando se iba a ir, paraba. tras varios intentos lo tuve comiendo en mi mano. hacía cualquier cosa que le mandaba con tal de que le permitiera correrse, pero también respirar. al ser un juego peligroso tu vida está, literalmente en las manos de otro y dependes de él, no de una forma metafórica o matizable, realmente DEPENDES de él, es un juego que se juego al filo y por lo tanto debe hacerse con mucho cuidado y no con cualquiera. también es verdad que me encanta y que con mi Amo correría el riesgo. sobra decir que el holandés quedó encantado y me dio las gracias.
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