ayer vimos la vida de un esclavo en latex y hoy vemos lo de un esclavo de cuero. no son dos vidas diferentes, sino dos aspectos, complementarios. ayer el esclavo estaba almacenado, esperando a ser necesitado por su Amo, hoy vemos un esclavo mostrando a su Amo la devoción y el respeto que merece. a nivel del suelo, sacando la lengua y cerrando los ojos para concentrarse en las sensaciones que el gesto le produce, el esclavo encuentra aquí su lugar, el espacio que le corresponde en el mundo, su posición en el orden natural de las cosas. así lamiendo las botas de su Amo, el perro se arriesga a afirmar que este esclavo es feliz.
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