miércoles, 7 de agosto de 2013

día 1300 de esclavitud.

1 días de castidad, 1 desde el último ordeño.
el Dueño se despertó especialmente excitado hoy nada más desayunar, cogió al perro y lo ató. manos a la espalda, mordaza de bola y pañuelo por delante. el Dueño llevó al perro al salón y lo sentó en el sillón, atándole las piernas y los pies, metidos en botas altas de goma. el perro siempre lleva puesta la jaula y tuvo que colocarla el Dueño porque al tener los pies muy juntos atados no podía tenerla ahí. ya de por sí la situación era excitante, y el perro se empalmó produciendo un dolor intenso en los genitales del perro. entonces el Dueño empezó a "torturar" al perro con palabras y gestos que excitaron aún más al perro, lo que aumentó el dolor de los genitales. entonces hubo un movimiento extraño y uno de los anillos de la jaula pinchó un trozo de piel de los testículos. el dolor se hizo my intenso, pero no podía hacer nada porque estaba atado y amordazado. intentaba decirle al Dueño que algo iba mal, pero no podía. esa sensación de impotencia empezó a afectar al perro, mezclado con el dolor. es el ejemplo de que un encuentro puede torcerse y salir mal. ese peligro siempre está presente. por eso algunos hablan del bdsm no como seguro, sano y consensuado, sino como un riesgo libremente asumido. el Dueño se dio cuenta de que algo iba mal y al final desató al perro. cuando por fin pudo explicarle lo que pasaba no se sintió nada bien. el enganche de la jaula, que era de plástico, se había roto y había pillado el escroto, dejando una marca que podía haberse convertido en herida pero que no llegó a más. todo esto aumentado por el hecho de que ya no podía usar la jaual, al menos en lo que quedaba de viaje, porque el perro tiene más aros, pero en las palmas. el Dueño estuvo dando al perro los cuidados necesarios para que se recuperara, porque la situación el había afectado internamente. hablamos sobre lo que que había pasado y cómo nos habíamos sentido. el Dueño fue comprensivo y escuchó al perro, dándole las caricias necesarias. 
cuando todo estuvo más calmado, después de comer, el Dueño puso al perro en el comedor, a escribir sobre el viaje para publicarlo luego en el blog. tenía botas, la cadena y lo amordazó con cinta americana. allí el perro pudo centrarse. estaba escribiendo cuando apareció el Dueño y dio una orden tajante:
-¡Ven!
el perro lo siguió hasta su dormitorio y, tras tumbarse, dio:
-¡Relájame!
fue rápido, intenso, el Dueño se corrió en pocos minutos, al igual que el perro después de que le diera permiso. el perro acabó prácticamente cubierto de leche, la suya y la del Dueño, lo cual lo colocaba en un estado muy bajo de sumisión.
el Dueño mandó al perro a la ducha y, tras ducharse Él también, salieron a la calle. fuimos a chueca y entramos en sr. allí compró el Dueño un cordón de cuero para el cachorro, porque ha decidido que lo entrene y le ayude en su proceso de convertirse en un perro. luego cenamos en el rincón de pelayo, un restaurante muy bueno y barato de chueca. a continuación tomamos algo en la plaza, en una terraza y estuvimos un buen rato hablando.
de vuelta pasamos por el vips de colón donde compró el Dueño, como es tradición, un cuaderno moleskin. a veces lo compra en fnac, a veces en vips, al aeropuerto o donde se tercie, pero siempre el perro le regala al Dueño un libro y el Dueño al perro un cuaderno moleskine.
fue una velada muy agradable de un día que empezó mal pero acabó encauzándose muy bien.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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