martes, 17 de mayo de 2011

28 días de castigo, 37 sin ordeñarse y final... por ahora

tenía que pasar, pero sinceramente no pensé que fuera de esta forma. mi Dueño me ha levantado hoy el castigo y me ha ordenado que me ordeñe. por supuesto sus órdenes no se discuten, se cumplen y punto. le supliqué que me permitiera continuar como ofrenda, pero me dijo que era suficiente, que quería que terminara. nunca pensé, cuando comencé a hablar con Él, que la conversación iría por estos derroteros. como siempre me preguntó cómo me iba, y le conté. curiosamente de toda mi vida, la castidad era una de las cosas que mejor llevaba. sin embargo, a mitad de conversación me dijo que levantaba el castigo, que era suficiente. la sorpresa que me llevé fue mayúscula. me dijo que ya tendría oportunidad de seguir, que para empezar más de un mes era suficiente. intuyo que eso significa que habrá períodos de castidad cada vez más largos y prolongados, pero parece que no será ahora ni éste. de hecho me ordenó que me ordeñara esta misma noche y le mandara foto testimoniándolo.

durante este tiempo he aprendido muchas cosas. para empezar que es posible estar sin ordeñarse y que eso tiene un sentido, además de producir unos efectos, algunas veces positivos y otros negativos. también me ha enseñado que la regularidad, el llevar una cuenta, me ayuda a desvelarme, a comunicarme, a esteriorizar lo que siento y lo que me pasa, y le he suplicado a mi Dueño que me permita hacerlo pero ya no con la castidad, sino con mi proceso de esclavitud misma. y le ha gustado la idea.

me dijo mi Dueño que en el futuro incluso buscaría un dispositivo para ponerme, y que lo llevaré con orgullo. al final no será más que un refuerzo, porque es a nivel mental e interior donde se juega esto de la castidad. con el mejor dispositivo de castidad uno puede encontrar la forma de excitarse y masturbarse, pero la mente es mucho más poderosa que cualquier material.

terminada la conversación llegó el momento de cumplir las órdenes y este perro se ordeñó y debe confesar y admitir que fue un poco doloroso. al principio el pene parecía no responder, pero en cuanto obedecía a mi Dueño y llené mi mente de los pensamientos que El mismo me había dicho, reaccionó adecuadamente. cuando eyaculé se produjo una mezcla de dolor y placer que pude contener. la leche salió a borbotones y puso todo hecho un desastre. entonces saqué la foto con el móvil y se la mandé a mi Dueño. me inundó entonces una ligera pena. una etapa había terminado, sin duda, pero lo bueno de servir a mi Dueño es que seguro pronto empezará otra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

magnífico! Debes agradecerselo a tu Amo el darte permiso para masturbarte, y así tú estarás mas relajado y tranquilo! Eres un puto perro esclavo! Muy bien!