miércoles, 27 de octubre de 2010

riesgos

someterse es muy duro, y produce bastante vértigo. el motivo no es otro que la pérdida de las seguridades. por eso es algo tan serio y que debe hacerse con tanto cuidado. no se improvisa, no se hace de la noche a la mañana. requiere tiempo y esfuerzo por ambas partes.
es cierto que estamos influenciados por los relatos, las imágenes, las fantasías y las películas porno.esas películas que comienzan con un tio encuerado apareciendo tras una esquina y que desaparece por otra después de tener una sesión super caliente con otro y correrse. nos quedamos ahí, ese es el acceso a su mundo... pero ¿donde va el encuerado después de correrse? ¿cómo paga el coche que le ha llevado a la esquina? ¿como paga el gimnasio en el que se machaca?
la vida es algo más compleja que 45 minutos de morbo y excitación, por mucho que a menudo necesitemos ambas cosas.
cuando un esclavo se somete, se hace dependiente, positivamente dependiente, porque es algo buscado y elegido pero en una relación D/s mil cosas pueden salir mal. ¿qué pasa si el Amo enferma o muere? ¿qué pasa si el esclavo sufre un accidente cruzando la calle? ¿concinará siempre el esclavo? ¿y si no sabe? ¿elegirá el Amo siempre la ropa del esclavo? las preguntas son cientos, porque las situaciones son miles. por eso las conversaciones deben ser muchas y profundas. hay muchos flecos que aclarar, muchas respuestas que dar y, al final, muchos riesgos que asumir. la clave es sopesar si merece la pena.

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