en determinados momentos me siento como este esclavo, mirando hacia una pared. aparentemente es un acto inútil. una vez me ordenaron hacerlo y estuve un rato. fue un acto de obediencia. hace poco leí otro parecido. un Amo ordenó a su esclavo repetir hasta la saciedad "el cielo es verde, el cielo es verde", y así hasta que lo dijera convencido. en ambos casos no se tiene en cuenta la veracidad del hecho o la funcionalidad de la acción. en ambos casos lo importante es la obediencia, el someter la voluntad a otro que decida por tí. y cuando la decisión se produce un esclavo no debe cuestionarse, ni preguntarse por su sentido, sólo debe obedecer sin rechistar. ser un esclavo, estar de rodillas, obedecer sin cuestionar, no son tareas fáciles, sino muy duras, que se tardan en aprender y que no hago más que desear vivir intensamente.
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